Hacia la cumbre, emprender la caminata.
Comenzar la caminata implica reconocer los elementos que nos rodean tanto donde vivimos como donde trabajamos. De esta manera, los maestros realizaron un ejercicio sensible desde los cinco sentidos, de manera tal que pudieran conectarlos con ese barrio que habitan y que desde los olores, la vista, el olfato, el gusto y el tacto se traduce en conceptos de esa tercera piel que nos envuelve.
Un CASETE para no olvidar, fue la metodología empleada para explorar a través de la Cartografía Sensible del Territorio, aquellas joyas arquitectónicas, culturales, y ambientales que los maestros reconocen alrededor de sus escuelas. Esta etapa es fundamental para trabajar con los estudiantes el contexto inmediato que los rodea y la apropiación que tienen con ese barrio, identificar las calles que los rodean, su dinámica, los edificios emblemáticos y los escenarios verdes que en algunos casos se convierten en patios de deporte y recreación.